Mi caso es el siguiente: Un día llegaron estos pájaros y se acomodaron aquí, en mi cabeza. Eran inicios de primavera y pensé que tal vez era la costumbre en estos lugares. Pero los días corrieron y los pájaros no parecían resueltos a moverse, por el contrario, pronto llegué a escuchar trinos de diferentes tonos sobre mí: eran polluelos. No me malinterprete, era lindo despertar por las mañanas con su canto a pesar de lo fastidioso que resultaba ir siempre envuelta en plumas. Usted puede pensar que estoy loca. No vengo aquí a tratar sobre ese tema. Sino a que remedie mi depresión. Verá, es invierno. Y ahora todos ellos se han ido.
(Valeria Gascón en el número 27 de Shandy)
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