"La idea de que hay que ser siempre arrebatadores o la persona más absolutamente fascinante de la fiesta es una vulgaridad, algo vano y fuera de lugar. Intentar ser cautivador es autocompasivo; dejarse cautivar es, sencillamente, buena educación".
O, como propone un poeta español contemporáneo:
¿Para qué malgastarse en imágenes si basta
con buscar en la sangre el color exacto
de tu abrigo subiendo al taxi
ayer en la noche?
O, como propone un poeta español contemporáneo:
¿Para qué malgastarse en imágenes si basta
con buscar en la sangre el color exacto
de tu abrigo subiendo al taxi
ayer en la noche?
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