YA VAN VEINTE AÑOS DE NEVERMIND y no ha pasado nada:
todo sigue, aunque envejecido, igual que entonces.
Yo sigo recorriendo
las habitaciones más oscuras de la noche,
esas en que mis canas prematuras
destacan más cada día,
y tú, todavía insomne,
prendida a la pantalla
conviertes en unos y ceros la amistad.
El mundo continúa quizá peor
pero no mucho más que entonces.
Ahora los meseros ya no usan "joven"
para dirigirse a nosotros y dicen
"señor" y "señora" mientras los desconocidos
confunden los hijos de nuestros fallidos matrimonios
como si fueran nuestros.
Y el twitter y los blogs replican
lo felices que fuimos entonces.
Todo sigue igual. Nevermind. O quizá Nevermore.
Bajo presión / Show
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La política es aburrida, se defienden quienes no se interesan en informarse
o participar, razón por la que los políticos buscan hacer de sus acciones y
...
Hace 3 horas