sábado, 24 de septiembre de 2011

apunte para un autorretrato

ser solo o ser triste es vocación,
una tan duradera como el insomnio:

ser así es un juego genético
donde todos ponen donde todos pierden
y ni la casa, suponiendo que existiera, gana nunca:

ser es una pregunta pasada ya de moda
o una respuesta tal vez que ya no llega:

ser es justo ahora
el único verbo
que no quiero
ni puedo conjugar:

ser son demasiadas letras
y pierdo la cuenta
pierdo el orden
cuando comienzo a deletrearlas:

ser y si acaso:

martes, 20 de septiembre de 2011

Matephorique

no aprenderemos a sumar nunca
no sabremos nunca los números
o quizá sí pero no su orden:
 
no habrá formulas ni letras
pero sí incógnitas y derivadas
ecuaciones sin solución múltiple
 
no aprendemos nada nunca salvo el odio
a aquella maestra de matemáticas
que de niños nos dijo que todo todo
se resolvía
con lo que nos intentaba enseñar.

jueves, 15 de septiembre de 2011

lunes, 12 de septiembre de 2011

Una verdad más

"Toda lengua, sea cual sea, da cada siglo para generar tres, cuatro o cinco grandes poetas [...] Si aceptamos que estos grandes nombres, en la mayoría de las tradiciones occidentales, se dieron durante la primera mitad de siglo, fácilmente convendremos en aceptar nuestro feliz destino de poetas menores".
(Alex Susanna)

domingo, 11 de septiembre de 2011

"Baso" es con "v"

Vuelves a mi cabeza cuando ponen esa puta canción ...

jueves, 8 de septiembre de 2011

En la puerta de un subway (borrador)

"Nosotras nos crecemos ante el castigo", dijiste
y me imaginé comprándote latigos y mordazas,
diminuta ropa interior de cuero negro y encajes
o instrumentos de tortura como un juego.

"Nos crecemos ante el castigo", repetiste
y entonces cai en cuenta de que hablabas del trabajo
y te imaginé como tantos días
en pants y despeinada, bostezando antes
del último cigarro de la noche,
antes también
del beso suave de las buenas noches.

lunes, 5 de septiembre de 2011

N-P (Banana Yoshimoto)

Me encontré frente a una mujer desconocida que estaba sonriéndome alegremente.
Eso hizo que asustara aún más. No olvidare nunca el momento en que vi por primera vez aquellos ojos clavados en mí. Su mirada tenía la transparencia pura de Sirio brillando a lo lejos en el cielo nocturno, o la límpida luz de un Martini seco, preparado a conciencia, emanando a través de la copa de cóctel.
¿Podrán comprenderme? Sentí pánico. Al descubrir en un rostro adulto unos ojos de bebé recién nacido como aquellos, ¿cómo es posible adivinar lo que en ellos se refleja o los pensamientos que acuden a su mente?
Era una persona muy extraña, no se parecía a cualquier otra que hubiera visto antes. Pero era atractiva. Poseía una agudeza semejante al instinto de un animal, similar a la fuente que brota de la inteligencia.
Me quedé mirándola fijamente. La examiné.
La línea de los senos, pequeña y bien formada. Las piernas, que los cortísimos pantalones dejaban al descubierto, eran sensuales e inesperadamente carnosas. En los pies desnudos, unas sandalias amarillas de playa.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Rainer Maria Rilke

Por ti, para que tú un día llegaras,
¿no respiraba yo a media noche
el flujo que ascendía de las noches?
Porque esperaba, con magnificencias
casi inagotables, saciar tu rostro
cuando reposó una vez contra el mío
en infinita suposición.
Silencioso se hizo espacio en mis rasgos;
para responder a tu gran mirada
se espejaba, se ahondaba mi sangre.
¡Qué expresión fue sembrada en mi interior
para que, cuando crece tu sonrisa,
proyecte sobre ti espacio cósmico!
Pero tú no vienes, o vienes demasiado tarde.
Precipitaros, ángeles, sobre este
linar azul. ¡Segad, segad, oh ángeles!