Por ti, para que tú un día llegaras,
¿no respiraba yo a media noche
el flujo que ascendía de las noches?
Porque esperaba, con magnificencias
casi inagotables, saciar tu rostro
cuando reposó una vez contra el mío
en infinita suposición.
Silencioso se hizo espacio en mis rasgos;
para responder a tu gran mirada
se espejaba, se ahondaba mi sangre.
¡Qué expresión fue sembrada en mi interior
para que, cuando crece tu sonrisa,
proyecte sobre ti espacio cósmico!
Pero tú no vienes, o vienes demasiado tarde.
Precipitaros, ángeles, sobre este
linar azul. ¡Segad, segad, oh ángeles!
40.- Ana Rivero, taquígrafa del Congreso durante 50 años
-
*Ana Rivero, taquígrafa del Congreso de 1975 a 2024*
*Cincuenta años transcribiendo la Historia de España a 190 palabras por
minuto*
*18 de septiem...
Hace 2 días
No hay comentarios:
Publicar un comentario