Lo demás nos tiene sin el menor cuidado, es decir, nos importa que sean leídos, no más.
(Mario Islasáinz)
(Mario Islasáinz)
La entrada en el blog que mantiene la editorial para presentar su última colección es bastante claro en sus propósitos: “Esta colección del Celta Miserable sólo tiene ( inmersos obligadamente en este mundito que se vive al revés ), el propósito de cumplir sueños de locos para convertirlos en realidad, reunir publicando uno a una a los y las cincuenta poetas que a nuestra consideración están, han estado y estarán sin temor a equivocarnos, trabajando a lo largo y ancho de nuestro país y más allá arduamente por y con la poesía, y sus poemas así lo demuestran, lo demás nos tiene sin el menor cuidado, es decir, nos importa que sean leídos, no más. De ahí que a 18 años de haber surgido en esta lluviosa y surreal Orizaba, Veracruz, la Editorial Letras de Pasto Verde, podemos gritar a pecho abierto sin perder un ápice de ánimo como desde los inicios: publicamos por que se nos continúan hinchando las ganas, aun y cuando ni el País y el Mundo se enderecen”.
La labor que emprendieron, conjunta y masoquistamente, Mario Islasáinz, editor, José Pulido Tinoco, y Gustavo Santiago López, diseñador gráfico y artista plástico, ha dado, a lo largo y ancho del país sus frutos. Sin intentar ser una antología, ni demostrar la salud de ninguna corriente en especial ni de ningún modo de escritura, tratan, como resulta bastante claro en sus afirmaciones-manifiestos de publicar el trabajo de aquellos poetas que cumplan con dos requisitos al menos: el trabajo actual y una cierta calidad, no sólo artística, sino de transmisión, condición ineludible de toda poesía.
En la colección, que acaba de alcanzar su número cuarenta, a sólo diez de su meta, que ojalá superen, cincuenta plaquettes de cincuenta poetas de todo el territorio, conviven por igual las voces conocidas y las voces nuevas. Entre las voces ya leídas antes, y alguna de ellas parte de la mejor poesía última mexicana, se encuentran la siempre sorprendente Roxana Elvridge-Thomas que en Umbral a la Indolencia entrega un recuento intimo de la vida con una gata, Frida, que se convierte, en realidad, en una metáfora total de la vida.
De entre los nombres que continúan con esta nueva entrega manteniendo el nivel a que tienen acostumbrado a los lectores asiduos de poesía destacan, y es poco el espacio aquí, Jair Cortés, Luis Armenta Malpica, Kenia Cano, Armando Alanís Pulido, Mijail Lamas, Félix Suárez y Alvaro Solís.
Un poema de Guadalupe Ríos
“las azoteas no son de mi generación. hablan / de otros tiempos y de otros continentes. son / resabios de lecturas de cortazar y de vallejo / esos libros ancianos en los que no me hallo. // las azoteas no eran nada para mí hasta ayer / en que me llevaste hasta una de ellas. estás / ahora en el lugar que al que llamo mi casa. / pero debes irte, dijiste, antes de madrugada // porque quiero estar sola. y sí sola he estado /siempre. con esa soledad que no puede ser.” Leído en Parteaguas donde junto a nombres conocidos siempre se encuentran sorpresas como estos versos que hablan de una voz madura, clásica y posmoderna al mismo tiempo.
Dos comentarios inteligentes
Ambos acertadamente citados en el polémico Why Poetry Matters? de Jay Parini, en cuyo título lleva la penitencia al preguntarse porque importa algo que a al noventa por ciento de la población no le importa nada.
Primero, el de Helen Vendler: “en su forma más habitual, la poesía nos ofrece la representación de una voz solitaria, única, que registra y analiza y formula y cambia su mente (… ). Aunque quien habla en la poesía esté solo, esa soledad no quiere decir que esa voz no tenga un ambiente social. Sólo quiere decir que su condiciones sociales reales están presentadas como un reflejo en la soledad y toman forma no en una interacción ‘viva’ con otras personas sino como una referencia léxica e intelectual”.
Y, en un volumen significativamente titulado, The End of the Poem, Giorgio Agamben se pregunta “¿Por qué nos importa la poesía”. Y él mismo, a renglón seguido, se responde. “Las modos en los que se puede responder a esta pregunta son presentados para ofrecer testimonio de su importancia absoluta. Todo el campo de respuestas posibles se divide claramente entre aquellas que afirman que la significación de la poesía se da cuando ésta se confunde con la vida y la que aquellas para las que el significado de la poesía sólo tiene sentido si da separada de la vida”.
Banda sonora
Tú me das lo que me gusta, /tú me das la carne cruda. / La vida es muy dura sin poderte amar, / el vino es mi cura cuando tú no estás. / Dame más, no pares nunca. // Es así, nuestra conjura, / es así, tu dulce lucha. / La temperatura, tú la haces subir, / si hay alguna duda, la despejas por mí. / Es así, como me gustas.
("Carne cruda", 091)
La labor que emprendieron, conjunta y masoquistamente, Mario Islasáinz, editor, José Pulido Tinoco, y Gustavo Santiago López, diseñador gráfico y artista plástico, ha dado, a lo largo y ancho del país sus frutos. Sin intentar ser una antología, ni demostrar la salud de ninguna corriente en especial ni de ningún modo de escritura, tratan, como resulta bastante claro en sus afirmaciones-manifiestos de publicar el trabajo de aquellos poetas que cumplan con dos requisitos al menos: el trabajo actual y una cierta calidad, no sólo artística, sino de transmisión, condición ineludible de toda poesía.
En la colección, que acaba de alcanzar su número cuarenta, a sólo diez de su meta, que ojalá superen, cincuenta plaquettes de cincuenta poetas de todo el territorio, conviven por igual las voces conocidas y las voces nuevas. Entre las voces ya leídas antes, y alguna de ellas parte de la mejor poesía última mexicana, se encuentran la siempre sorprendente Roxana Elvridge-Thomas que en Umbral a la Indolencia entrega un recuento intimo de la vida con una gata, Frida, que se convierte, en realidad, en una metáfora total de la vida.
De entre los nombres que continúan con esta nueva entrega manteniendo el nivel a que tienen acostumbrado a los lectores asiduos de poesía destacan, y es poco el espacio aquí, Jair Cortés, Luis Armenta Malpica, Kenia Cano, Armando Alanís Pulido, Mijail Lamas, Félix Suárez y Alvaro Solís.
Un poema de Guadalupe Ríos
“las azoteas no son de mi generación. hablan / de otros tiempos y de otros continentes. son / resabios de lecturas de cortazar y de vallejo / esos libros ancianos en los que no me hallo. // las azoteas no eran nada para mí hasta ayer / en que me llevaste hasta una de ellas. estás / ahora en el lugar que al que llamo mi casa. / pero debes irte, dijiste, antes de madrugada // porque quiero estar sola. y sí sola he estado /siempre. con esa soledad que no puede ser.” Leído en Parteaguas donde junto a nombres conocidos siempre se encuentran sorpresas como estos versos que hablan de una voz madura, clásica y posmoderna al mismo tiempo.
Dos comentarios inteligentes
Ambos acertadamente citados en el polémico Why Poetry Matters? de Jay Parini, en cuyo título lleva la penitencia al preguntarse porque importa algo que a al noventa por ciento de la población no le importa nada.
Primero, el de Helen Vendler: “en su forma más habitual, la poesía nos ofrece la representación de una voz solitaria, única, que registra y analiza y formula y cambia su mente (… ). Aunque quien habla en la poesía esté solo, esa soledad no quiere decir que esa voz no tenga un ambiente social. Sólo quiere decir que su condiciones sociales reales están presentadas como un reflejo en la soledad y toman forma no en una interacción ‘viva’ con otras personas sino como una referencia léxica e intelectual”.
Y, en un volumen significativamente titulado, The End of the Poem, Giorgio Agamben se pregunta “¿Por qué nos importa la poesía”. Y él mismo, a renglón seguido, se responde. “Las modos en los que se puede responder a esta pregunta son presentados para ofrecer testimonio de su importancia absoluta. Todo el campo de respuestas posibles se divide claramente entre aquellas que afirman que la significación de la poesía se da cuando ésta se confunde con la vida y la que aquellas para las que el significado de la poesía sólo tiene sentido si da separada de la vida”.
Banda sonora
Tú me das lo que me gusta, /tú me das la carne cruda. / La vida es muy dura sin poderte amar, / el vino es mi cura cuando tú no estás. / Dame más, no pares nunca. // Es así, nuestra conjura, / es así, tu dulce lucha. / La temperatura, tú la haces subir, / si hay alguna duda, la despejas por mí. / Es así, como me gustas.
("Carne cruda", 091)
1 comentario:
Me gusta mucho tu blog por tres cosas:
1) Porque siempre hay algo que leer.
2) "Porque" hablas de poesia y su "reivinidicación" lo cual me obliga a un comment larguísmo para hablar sobre las relaciones entre el "Why" y el "Claim", que me parece tienen muchos elementos en común, pero que me niego a desarrollar.
3) Porque reconoces el trabajo de una editorial como "Pasto Verde" y cuando reconoces el trabajo de los poetas que publican, en ningún momento aparece tu nombre.
4) Porque aunque digo que son sólo tres cosas, puedo escribir la cuarta sin que a nadie le moleste el que sea un abusivo a la hora de escribir comments.
Un abrazo.
Publicar un comentario