domingo, 28 de febrero de 2010

House of leaves y Providence

This is not for you.

(Dedicatoria de House of Leaves)


 

Uno de los logros más difíciles en literatura, en narrativa especialmente, es lograr escribir una obra radicalmente contemporánea, no sólo en ambiente sino también en ideología y tendencia, una obra en que confluyan las verdades pero también las contradicciones del momento en que se está escribiendo. Cuando alguien lo logra se está ante algo totalmente diferente nuevo (así avanza la literatura: basta recordar que el soneto, ahora tan asumido no fue más que una innovación extranjerizante y bárbara), aunque la desventaja es que si sale mal, demasiado apegada a su propio lustre de modernidad, el resultado es deleznable.

Lo bueno

House of Leaves (Ramdom House, 2000) de Mark Z. Danielewski, libro del que las primeras páginas aparecieron traducidas en México Kafkiano, es una de esas obras que deja al lector con la impresión de que ella, la novela, está muy, muy por encima de él. Complejo como es quien entra a él, como quien entra a una casa embrujada (que de eso en parte va el libro), va tomando retazos de las múltiples historias que se entrecruzan.

En la novela que leemos, escrita por Zampanó, al menos una parte pero con comentarios, en forma a pie de página, de esas que se apoderan del texto y son a veces mayores que el propio capítulo en que se encuentran, que salen de la historia y cuentan algo que nada (o mucho, pero sólo acontece en la cabeza de quien lee) tiene que ver con el texto original. De hecho, hasta la tipografía, diferente para cada una de las voces ayuda a la comprensión (o, y es el problema de obras como esta, a la confusión).

Lo que comienza con la muerte de un personaje extraño, ciego, solitario, con su cuarto perfectamente encerrado, se va convirtiendo, poco a poco, en el estudio de dos cortos preliminares a una película, The Navidson Record, que ocupa quinientas páginas, a las que hay que sumar hasta llegar al total del libro los dos apéndices que juntan doscientas páginas más, con fotografías, poemas, borradores, bocetos, dibujos y casi todo lo que quepa dentro de dos tapas, incluido un índice temático que deja afuera la mitad de las referencias y que es críptico como el resto del volumen.

Lo que más puede atraer al lector, o asustarlo definitivamente, es el formato del libro (uno de cuyos detalles es que cada vez que aparece la palabra "house", aunque sea en alemán o en griego clásico, hasta la portada, lo hace en color azul) que tiene no sólo páginas en que apenas una esquina está escrita o una palabra apenas sino un formato que sólo viéndose al natural puede comprenderse en toda su complejidad, una complejidad que cumple el dictum sobre cuando una obra, más o menos incomprensible, es "buena", cuando quien pone todo su esfuerzo en luchar contra ella sale de la pugna recompensado con más placer del dolor que le puso.

Lo malo

A pesar del consejo del maestro Valdivia ("nunca hay que gastar el papel y la tinta que nos prestan en hablar de algo malo cuando hay tantas cosas buenas de las que hablar"), Providence (Anagrama, 2009) de Juan Francisco Ferré merece, aunque sólo sea por lo exageradamente caro, unas líneas. Dejando claro desde la portada de qué va la cosa con una fotografía warholizada (por el posmoderno nocillesco por excelencia: Fernández Mallo), la novela, rozando casi las seiscientas páginas, no es sino una sucesión, unida apenas con la historia de Alex Franco, chiste fácil, de escenas que mezclan la historia Lovecraft, una historia del cine demasiado fácil, sociedades secretas, escenas de sexo escritas que parecen escritas más por necesidad de epatar, y personajes que parecen traídos por los pelos. Eso sí, hay muchos críticos a los que parece gustarle. Tal vez, el error sea entonces de que no todo puede agradar al lector.

Dos buenos consejos

"Lleva un lápiz para escribir en los aviones. Las plumas gotean. Pero si se rompe el lápiz, no se le puede sacar en el avión porque no se puede cargar con nada afilado. O sea, lleva dos lápices" (Margaret Atwood). "Evita los aplausos fáciles, las mafias, los grupos. La presencia de una multitud no hará tu escritura mejor de lo que es "(Zadie Smith). Ambos postulados de la serie de consejos de escritores que está publicando The Guardian, uno de los periódicos con mejor sección cultural del mundo.

Banda Sonora

"UNA ÓPERA EGIPCIA.
Los gitanos llamaban así a las obras maestras que agotan los superlativos, aquellas cuyo origen parece sobrenatural. J la escuchó referida a La Niña de Los Peines, pero la expresión tiene casi 140 años y fue acuñada a raíz de que a Verdi le encargasen una ópera para la inauguración del Canal de Suez" (del boletín de prensa que anuncia el nuevo disco de Los Planetas).

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