sábado, 13 de marzo de 2010

En inglés

No es natural que nos guste aquello que no nos es familiar.

(Caroline Gordon sobre Flannery O'Connor)


 

Flannery O'Connor es una autora que ha tenido desigual suerte en español. En España ha sido publicada en Lumen y en la catoliquísima editorial encuentro; en México, en Jus. Sin embargo, su fama mediática, tan necesaria, por desgracia, para lo que se publica, para que lo que se publica se lea. Es además de sureña, lo que ya confiere una particularidad a su escritura, tanto en personajes como en tono, acérrimamente católica, tan admiradora del otro gran heterodoxo usamericano, Thomas Merton, como él lo era de ella, pero de un catolicismo hijo del "cinturón bíblico" por un lado como de una más que fuerte personalidad, esa que le hizo escribir ironizando sobre su propio lupus degenerativo que "los lisiados entraremos antes que nadie en el reino de los cielos… porque apartaremos a los demás a golpes de muleta".

The Complete Stories (reeditado por Farrar, Straus and Giroux un año sí y al siguiente también también) reúne, además de sus dos libros completos de cuentos, doce que jamás habían aparecido salvo en revistas o en su tesis de escritura. Los temas se repiten una y otra vez: la diferente relación con el negro de generaciones sucesivas, la caridad que termina ahogando al auxiliado, el bien que al hacerse fuera del hogar se convierte en maldad dentro de este y, sobre todo, la imposibilidad de huir del castigo divino sea lo que sea que se haya hecho, como explica uno de sus personajes "tarde o temprano vas a olvidar lo que hiciste pero, al final, se te ha de castigar por eso", una extraña lectura de la justicia divina.

Todos los cuentos, y esa es una de las características más destacadas de O'Connor, tienen una estructura muy sencilla de avance, de descripción, de dialogo costumbrista, especialmente en el habla del negro, pero que, al mejor estilo de Joyce, otro católico sui generis, pero bajo la que subyace una verdad eterna, divina en este caso, que no se revela, y esa revelación es siempre dentro del lector, hasta los momentos finales del cuento.

Cuando alguien alcanza la maestría formal y ética de Flannery O'Connor es difícil, lo es incluso para Bloom cuando habla de ella, escoger uno o dos de sus textos como representativos, por el propio hecho de que todos los son e igualmente. "La Espalda de Parker", con apenas tres personajes, logra lo que casi alcanza Flaubert con el loro de "Un Corazón Simple", una verdadera explicación del problema de representar a Dios con una forma que los ojos humanos entiendan mientras que, en el extremo contario, está "Un Buen Hombre es Difícil de Encontrar" que trata mediante el asesinato, simplemente porque estaban ahí, de una familia completa de entender como el castigo es siempre más importante que el acto en sí o el arrepentimiento que de nada sirve.


 

Algo más que un gato y un sombrero

Definiciones sobre clásicos hay muchas y, de entre ellas, la de Calvino siempre funciona. Para el italiano un clásico es un libro que siempre tiene algo nuevo que decir. Y los libros, libritos sería más exacto por el tamaño, del Dr. Seuss siempre funcionan. Hay muchos, y mucho se pierde en los intentos de traducción al español que hay (labor difícil donde las haya dado lo fonético de sus rimas y sus juegos de palabras), pero además del Grinch, famoso hace algunas temporadas, hay varios que en cada regreso son siempre frescos, rítmicos, de rimas inesperadas y llenos de hallazgos que quedan en la memoria. Y que, a pesar del idioma, son tan tan tan sencillos que cualquiera puede disfrutarlos.

Además del más que famoso The Cat in the Hat y su menos conocida segunda parte The Cat in the Hat comes Back, hay dos historias, cada una inolvidable a su modo, que deberían ser tan conocidas como su obra más conocida: I Can Read with My Eyes Shut, toda una apología de la lectura y lo que esta puede ofrecer, y el reto de escribir un libro que sólo contenga palabras incluidas en la lista de las doscientas más usadas del idioma, ese rítmico y rimado Green Eggs and Ham. Más didáctico, pero no aburrido, resulta Dr. Seuus's ABC que es, como su nombre indica, un alfabeto para los más pequeños con la peculiaridad de que las palabras son, frente a las típicas listas escolares, sorpresas surrealistas casi como un camello en el techo (camel on the ceiling) o un león perezoso lamiendo una paleta (lazy lion licking a llolipop).

Y, aunque nunca en la lista de favoritos del autor, There's a Wocket in my Pocket es, probablemente el mayor hallazgo en creatividad de su larguísima obra, un libro que, simple, propone un viaje por una casa donde cada habitación y cada esquina y cada cosa está invadida por un monstruo de nombre a cual más extraño (wocket, zall, yeps, wellar, vug) que rima siempre con el lugar en que se hallan escondidos.


 

Banda Sonora

"Y tú tenías que reconocerlo / que conmigo es con quien más te gusta hacerlo" ("No sé cómo te atreves" (demo), Los Planetas).

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