sábado, 20 de marzo de 2010

40 Barcos de Guerra y Henry James

Para Andrés Cisneros de la Cruz,

por su "multipakera" generosidad.


Influir en la calidad del día, esa es la más elevada de las artes.

(Henry David Thoreau)


40 Barcos de Guerra (edición independiente, 2009) no es una antología a pesar de su subtítulo "Antología de Poesía y sus editoriales". Tampoco es una compilación a pesar de su tamaño, más de 160 poetas, a pesar de su volumen, más de 600 páginas, y, sobre todo para quien quiere cargarlo para ojearlo (mejor el azar de la lectura que el orden con un libro así), a pesar de su peso, casi un kilo y medio. 40 Barcos de Guerra es, hay que decirlo alto y claro como le gustaría a sus participantes, una necedad, en el sentido que el diccionario de la RAE da al necio "terco y porfiado en lo que hace o dice", y una necesidad.

En realidad, no son cuarenta barcos, las editoriales independientes de poesía, sino cuarenta y dos las que unieron esfuerzos para ofrecer, a razón de cuatro poetas por embarcación. Cuarenta y dos proyectos que el lector perdido en la provincia, y más en esta tan apática con todo proyecto que no sea el suyo propio, difícilmente encontraría de otra manera. En total, 168 poetas que con sus altibajos, poemas y escritores de calidad junto a otros de no tanta y algunos, quienes tendrá que decirlo quien entre a este volumen, de muy poca, demuestran, precisamente en esa diversidad, además de en calidad en modos y maneras distintas, en formas y temáticas a veces radicalmente alejadas, que lo más necesario en estos tiempos, de estéticas y asuntos demasiado semejantes, es ofrecer al lector el mayor abanico posible y que la última palabra la tenga este.

La nómina, representativa, en su mayor parte, ofrece varios de los nombres que siempre, en mayor o menor medida, con trayectoria más o menos larga, han estado en la escena menos favorecida del país, nombres que aparecen en encuentros, en revistas, en ediciones de difícil encontrar. Como señala Enrique González Rojo en el Exordio, poniendo el dedo en las mismas llagas en que lleva ya años desde aquellos "Prolegómenos a una sociología de la mafia literaria", este modo de seleccionar "se contrapone tajantemente al modo petulante y narcisista de las antologías tradicionales". Idea que reafirma, desde una óptica más general, Adriano Rémura en la Presentación, cuando escribe, con algo podía aplicarse a cualquier antología, "un libro es en sí un concepto, un rigor, un breve universo que entrega el discurso: desde el título hasta la conclusión, y en el caso antológico los criterios, son los que determinarán su carácter".

Ediciones Arlequín, Cantera Verde, Literalia Editores, Letras de Pasto Verde y VersodestierrO son, si hubiera que destacar alguna, ya que la labor, diferente en cada uno de los casos es la misma, la difusión de la poesía y de los poetas, las editoriales que marcan un ritmo constante, con trabajo, con dedicación en los márgenes de la, sea lo que sea, literatura bendecida por el poder, así con minúscula para no darle tanta importancia. Hay otras, más desconocidas, que merecen, por la calidad de los elegidos o la promesa en la introducción individual que tiene cada uno de los proyectos editoriales, que merecen ser buscadas (labor a la que ayuda enormemente el hecho de que al final venga un directorio de todos los involucrados y una dirección de correo).

¿Los nombres? Eso que sea responsabilidad, y hay de todo para elegir, de quien se acerque a este volumen tan necesario. Una apuesta, tan personal como lícita sería cualquier otra, incluiría, a vuela pluma aunque con el placer de la relectura, a Juan Carlos H. Vela, Claudia Barrueto, Isolda Dosamantes, Bruno Montané, Blanca Estela Roth, Jorge Posada, Anuar Zuñiga, Javier Moro, José Pulido, Mario Islasáinz, Andrés Cisneros de la Cruz y Adriana Tafoya que une a su poesía haber tenido la idea de esta necesaria y necia publicación.


Cita Alfred Kazin

en su ya clásico ensayo sobre el realismo usamericano (En Tierra Nativa. Interpretación de medio siglo de literatura norteamericana, FCE, 1993) a Henry James. Primero en The Art of Fiction: "La única razón de la existencia de una novela es que trata de representar la vida". Después, cuando el propio James se corrige a sí mismo en el Atlantic Monthly: "No depende de nosotros, hasta ahora, discutir si una novela debiera ser un fragmento de la vida o una estructura levantada sobre un castillo de naipes, pues aún no nos hemos decidido sobre si eso puede describir la vida en general".


Banda Sonora

He got his photo in the news, / but he had to suffer their abuse. / He led them on now he must go. // Where's Bill Grundy now? / Where's Bill Grundy now? // Poor Bill Grundy! ("Where's Bill Grundy now?", TV Personalities / Los Planetas).

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