jueves, 30 de julio de 2009

Jaime Gil de Biedma

es, probablemente, uno de los poetas indispensables en castellano porque
1) es técnicamente impecable (algo que se ha perdido ultimamente),
2) su obra, aferrada siempre a sí misma y a la concepción que el poeta tenía de la escritura, supera esa absurda dicotomía de poesía de la experiencia contra poesía del conocimiento, otorgando al lector ambas, y
3) fue capaz de escribir una sextina, forma dificil donde las haya.

1 comentario:

El guz dijo...

Hace no mucho tiempo, leía una pequeña reflexión en torno al estilo confesional de la escritura de la filosofía en el que se decía que debido a que nuestra relación con el mundo es una relación EN el mundo, entonces "el género autobiográfico debiera ser la base de cualquier pensamiento honesto".

Lo interesante de esto son dos cosas, a mi parecer:

1) El que se establezca a la "autobiografía" como herramienta filosófica, me parece explica el porqué se diluye esa parte que tú comentas entre "poesía del conocimiento" y "poesía de la experiencia", pues para este filósofo que propone a las Confesiones como ejemplo, la experiencia es ocasión de reflexión filosófica, ¿porqué el contar la propia vida (experiencia) no es también ocasión de "conocer"?
2) El ejemplo más claro con un fragmento de Pandémica y Celeste:

"Imagínate ahora que tú y yo
muy tarde ya en la noche
hablemos hombre a hombre, finalmente.
Imagínatelo,
en una de esas noches memorables
de rara comunión, con la botella
medio vacía, los ceniceros sucios,
y después de agotado el tema de la vida.
Que te voy a enseñar un corazón,
un corazón infiel,
desnudo de cintura para abajo,
hipócrita lector -mon semblable,-mon frère!"

Un estilo confesional y a la vez, un conocimiento puro de alguien que quiere morir en paz, "como dicen que mueren los que han amado mucho".