Esta semana aparecieron dos libros semejantes si no fuera porque en un caso el autor es un caso de pocos lectores, que merecería muchos más, y el otro, un autor sobrevalorado.
Denis Cooper vuelve a presentar, manteniendo el estilo, en Ugly Man lo de siempre, historias cortísimas repletas de sus temas habituales ("pedophilia, necrophilia, torture, kidnapping, murder, sexual mutilation, death-fetishization, drug addiction, desire and love, homosexual relationships, teenage ennui", según el NYT). O sea, lo de siempre.
"-He estado pensando en lo que dijiste, tío (perdón por la traducción anagramesca). Sobre la muerte y todo eso. Y... sí, estoy cansado de la vida. Decidido. Me quiero ir.
- Hecho. Yo te ayudo, pero antes, aunque te suene bizarro, quiero que vivas conmigo unos cuantos días, una semana y que me dejes conocerte."
El nuevo de Palaniuk, también según el NYT, es tan poco peligroso como Marylin Manson. Escandalo baratucho que no volverá a alcanzar sus primeras novelas ni ese espeluznante cuento que era "Tripas".
(PD: además el de Cooper es más barato).
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