Valeria no sabía (y supongo que nunca lo sabrá hasta que algún día, si se publica este libro, lo lea. Si lo lee) que la confundía con una amiga de mi ex. A la otra Valeria, cantante de medio pelo en un grupo trovero, también le gustaba la música, suponía aunque nunca habíamos hablado de eso. Pero presuponía que era ella. Mariana me avisó con un breve mensaje de texto que había muerto la abuela de Valeria, “tu amiga” terminaba como con jiribilla. Accedí a acompañarla al velatorio en el que nos sentíamos extraños entre tanto extraño.
– Ya sabes que estamos para lo que haga falta. – fue lo que le dije, usando la formula que siempre uso en semejantes circunstancias, a la nieta de la difunta. Y añadí – Ya sé que no es este el momento pero gracias por la corrección de mi nick.
– Yo ni siquiera tengo tu correo electrónico. Creo que te estás confundiendo. De todos modos, gracias por estar aquí.
A la mañana siguiente, mi primera pregunta en el messenger, incluso antes del “bonito día” de rigor fue “¿de qué nos conocemos?” y Valeria me explicó la historia, su parte de la historia.
(primeros párrafos del cuento “Valeria” de C’est ne pas mon journal)
3 comentarios:
Oraleee Mr.Thehistoryoflove!!! ahora si me hiciste el día o más bien la noche o madrugada. En verdad fue una sorpresa.
Mil besos querido. Milochomil.
asi ves las cosas? o asi haces que los demas crean que ves las cosas? cualquiera de las dos respuestas, al fin y al cabo, me hacen pensar que eres un maldito genio para escribir.
por cierto, de que nos conocemos, yo te puedo platicar la historia, la mitad de la historia.
un abrazo.
(segundo comment)
Me gustó, pero eso ya lo sabes :P
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